Desarrollo de capacidades que permitan: incluir a 7 millones de Microempresarios

Para Miguel Ángel Charría, presidente de Bancamía, el reto sigue siendo lograr mayor escala, aspecto que encierra la mayoría de las preguntas aún sin contestar en el mundo de la financiación en Colombia:

Llevamos muchos años con la industria microfinanciera y en un esfuerzo de muchas entidades hemos llegado a atender 3 millones de microempresarios, pero las cifras del Dane nos muestran que hay, entre microempresarios y trabajadores por cuenta propia en Colombia, casi 10 millones 400 mil personas.

Por lo tanto más o menos 7 millones de personas siguen sin tener acceso al sistema financiero formal y probablemente estas personas sigan en manos de la financiación informal, del gota a gota y otras metodología alternativas, entonces el reto sigue siendo ese, como lograr más escala y eso implica llegar a las zonas rurales y a las zonas rurales dispersas, que es en donde sigue habiendo mayor concentración de la pobreza y en donde el sector financiero todavía no ha llegado con la contundencia que tiene que llegar.

Desde Bancamía estamos trabajando con esa visión. Nuestro posicionamiento en el sector rural es ya muy amplio, el 44% de nuestros clientes están en zonas rurales, pero sigue habiendo allí un espacio muy grande para seguir trabajando, desde el banco y desde la industria”.

 Alejandro Guerrero, presidente del Banco W, entidad especializada en el mercado microfinanciero, le añade un componente adicional a las preguntas que nos tenemos que hacer, y sin duda ese componente tiene que ver con el desarrollo de capacidades para la profundización, el uso y el acceso de esa población que sigue invisible para la banca: “Si hoy tenemos 3 millones de microempresarios atendidos por la industria microfinanciera, pero en Colombia hay más de 10.3 millones de microempresarios, entonces la pregunta es … ¿Dónde están los otros 7.3 millones de microempresarios?.

Si bien hay un número excluido por mala calificación en centrales de riesgo, creo que hay un gran número también de personas que son esos clientes que yo llamo invisibles. Tradicionalmente en la industria de microfinanzas nos hemos enfocado en las personas que tienen un aviso visible, en donde se puede identificar claramente que hay una actividad productiva. Sin embargo hay un grueso de clientes invisibles, por ejemplo la señora que desde su casa presta un servicio o realiza una actividad productiva, que también requiere un monto de financiación, sea pequeño o alto, incluso con actividades que no se realizan diariamente. Sin duda, el cómo llegar a un poco más de 7 millones de microempresarios que aún no atiende la industria de microfinanzas, es una respuesta que todos debemos buscar.

El reto nuestro, desde el banco es ajustar la metodología, las políticas y los canales para poder realmente entender este tipo de clientes y atenderlos de manera más eficiente en costos y en tiempos. Desde el Banco W estamos mirando muchas opciones, como por ejemplo alianzas con Fintech y en trabajar en la forma de volver nuestra metodología Digital para incrementar el acceso, pero también en la forma sobre cómo se la contamos a los clientes y cómo se la vendemos a los clientes, y lo que es más importante sobre cómo hacemos para que sea escalable, porque el problema no es inventarse la metodología, el punto es como darle un verdadero alcance y tamaño para que al final del día podamos lograr montos importantes. Hacer un gran esfuerzo en desarrollos para colocar solo 5,000 o 10,000 millones de pesos lo que terminamos haciendo es desenfocarnos sin lograr un aporte estratégico. Yo creo que el reto es este y es muy grande”.


Este artìculo hace parte de ¿Cuales son esas preguntas sin responder en el mundo de la financiación en Colombia?