Evaluación de la carga financiera y su influencia en el deterioro de la cartera hogares

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Artículo escrito por Fabián Ruge, Jehison Felipe Ramos y Giovanny Ninco, funcionarios de la Delegatura Adjunta para Riesgos de la Superintendencia Financiera de Colombia - INFORME ESPECIAL 

Introducción

El crédito dirigido a hogares -modalidades de consumo y vivienda- ha crecido de manera importante en los últimos 10 años. Entre marzo de 2013 y junio de 2023, la participación de estos portafolios en el total de la cartera aumentó de 37.4% a 46.7%. Esta tendencia muestra la relevancia que tiene el seguimiento de diferentes indicadores que permitan aproximarse a las condiciones financieras de los hogares, como por ejemplo sus niveles de endeudamiento y carga financiera.

El objetivo de este documento es analizar la evolución reciente del Indicador de Carga Financiera (ICF) publicado y definido en el “Recuadro: Caracterización de la carga financiera individual de los consumidores financieros” del Informe de Actualidad del Sistema Financiero Colombiano de agosto de 2022 y su relación con el comportamiento que presentan las cosechas del portafolio de la cartera hogares.

Como se presentó en el documento anteriormente citado, el ICF se define cómo: 

Este indicador se calcula empleando los datos reportados por los establecimientos de crédito vigilados y la variable ingreso se obtiene a partir de la información de cotización al Sistema de Seguridad Social que reportan las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y Colpensiones a la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC).

A junio de 2023 el ICF promedio se ubicó en 35.6%, presentando una reducción con respecto al 38.1% registrado en diciembre de 2022. Este comportamiento se explica principalmente por la menor dinámica que ha mostrado la cartera de consumo y de vivienda durante 2023, periodo en el cual sus tasas de crecimiento real anual han pasado de 4.56% y 0.85% en diciembre de 2022 a -6.12% y -1.42% en junio del presente año, respectivamente.

 

 

 

 

 

 

Segmentando por tipo de producto, se observa que del total de deudores analizados el producto más común es el de tarjeta de crédito (TDC) (68.8% de los deudores reportados tenía al menos una tarjeta de crédito), seguido de libranza y libre inversión (62.4%). Por su parte, en el caso del crédito de vivienda las cifras muestran que el porcentaje de deudores es del 14%. En cuanto a la carga financiera, el ejercicio arroja que los niveles más altos se presentan en los deudores que obtienen crédito de automóvil, en este caso el ICF oscila entre 41,1% y 79,1% (ver tabla 1).

Por otro lado, se analiza la contribución de cada tipo de producto dentro de las cuotas pagadas por los deudores del sistema financiero (ver gráfica 2). Al respecto se observa que, la cuota de las tarjetas de crédito representa el 42,3% del total pagado por los deudores. A su vez, la cuota de otros créditos de consumo (libranza y libre inversión) corresponde al 46,5%. Por su parte, el crédito de vivienda, representa el 8% del total al estar presente en el 14% de los deudores y al tener un plazo mayor y tasas de interés más bajas.

La gráfica 3 expone la contribución por producto al ICF promedio, siendo los créditos de libranza y libre inversión (16.6%) y las tarjetas de crédito (15.1%) los productos que hacen los mayores aportes a la carga financiera de los deudores frente a su ingreso disponible.

Análisis de la carga financiera y comportamiento de las cosechas de crédito

Con el fin de realizar seguimiento al comportamiento de las nuevas originaciones de cartera de las entidades vigiladas se estima también el ICF para los deudores que reciben nuevos desembolsos. Este se calcula cómo la razón entre las cuotas totales del deudor, incluyendo el nuevo crédito en cada momento del tiempo, y el ingreso disponible del deudor al momento del desembolso.

Al igual que para el total de la cartera, la carga financiera de los deudores que han recibido desembolsos en el 2023 es menor a la observada a finales del 2022, comportamiento que se evidencia para todos los tipos de establecimientos de crédito (EC). Esto es coherente con estándares de originación más estrictos que se han evidenciado en la cartera de consumo por parte de las entidades vigiladas durante 2023.

Adicionalmente, es relevante analizar la potencial relación que existe entre el nivel de carga financiera en la originación del crédito y la probabilidad de incumplimiento de la obligación. Este tipo de análisis se ha abordado en diferentes trabajos realizados por los bancos centrales de Canadá, Colombia y Chile, por ejemplo; Cateau, G., Roberts, T. & Zhou, J. (2015), Gutierrez, Capera & Estrada (2011) y Madeira (2014), respectivamente. Estas tres referencias tienen en común que emplean información de encuestas sobre una muestra de la población2 , y los estudios son más de tipo de corte transversal que de serie de tiempo. A continuación, las principales conclusiones de estos estudios:

• En el primer caso los hallazgos del ejercicio establecen que, para hogares con niveles altos de endeudamiento, la exposición a choques macroeconómicos adversos (como subidas en las tasas de desempleo y/o de interés) generará crecimientos significativos en el deterioro de cartera. De acuerdo con este documento estas circunstancias se dan porque los hogares con una alta carga financiera tienen menos opciones de ahorrar (para enfrentar circunstancias adversas), y una mayor probabilidad de quedar sin empleo en escenarios de estrés.

• En el segundo análisis, los autores modelan la probabilidad de default usando un modelo Logit, en función a variables sociodemográficas (género, edad, estado civil entre otras) y financieras (ingreso, riqueza, entre otras) y encuentran que un aumento de un 1% en el ICF se traduce en un incremento de 16% en la probabilidad de incumplimiento.

• En el último caso, el autor utiliza estimaciones de mínimos cuadrados en 2 etapas y un modelo Logit, donde encuentra que hombres solteros, de bajos ingresos, y elevado endeudamiento tienen más posibilidades de incumplir sus deudas financieras.

Como se observa en la gráfica 5, el promedio de las cosechas originadas entre diciembre de 2019 y junio de 2023 exhibe un deterioro más rápido en aquellos deudores a los que se les otorgó crédito con una carga financiera superior al 70%. Por ejemplo, al tercer trimestre de haberse originado el crédito el ICV es en promedio de 8.2%, mientras que, para el resto de los deudores, cuya carga financiera es menor, el ICV osciló entre 3.1% y 4.3%. Este análisis por producto, para las modalidades de consumo y vivienda, arroja dos tipos de comportamientos en las cosechas; por un lado, en libranza y tarjeta de crédito el deterioro de todos los rangos de ICF entre 0% - 70% evoluciona de forma similar, mientras que los demás productos muestran una relación directa entre cada rango de carga financiera y su respectivo deterioro promedio, es decir, cuanto mayor es el ICF de la cosecha se presentan mayores deterioros.

Conclusión

Los análisis anteriores resaltan la importancia del seguimiento de la carga financiera de los deudores del sistema financiero, dada su relación con el comportamiento de la cartera y la salud del sistema financiero. Este tipo de análisis constituye una primera aproximación empleando datos a nivel de deudor que se seguirán realizando con el fin de incorporar nuevas variables y profundizar el entendimiento de la relación entre la carga financiera y el riesgo de crédito, considerando el tipo de producto de financiación y otras características de los deudores.

Bibliografía

1. Cateau, G., Roberts, T. & Zhou, J. (2015). Indebted Households and Potential Vulnerabilities for the Canadian Financial System: A Microdata Analysis. Financial System Review, Bank of Canada.
2. Gutiérrez, J., Estrada, D. & Capera, L. (2011). Un análisis del endeudamiento de los hogares. Temas de Estabilidad Financiera 061, Banco de la República de Colombia.
3. Madeira, C. (2014). El impacto del endeudamiento y riesgo de desempleo en la morosidad de las familias chilenas. Economía Chilena, pp. 88-102.