BIDLab Acompaña la Revolución Financiera Digital en Centroamérica
En el corazón de Centroamérica, una revolución silenciosa está tomando forma, transformando la manera en que las personas interactúan con los servicios financieros y abriendo puertas a oportunidades económicas que antes parecían inalcanzables. La iniciativa “Fintech Industry: Vehicle for Financial Inclusion” del BID Lab, en colaboración con asociaciones de Fintech de El Salvador, Guatemala y Honduras, está liderando este cambio.
Aunque la penetración de servicios financieros es relativamente baja en El Salvador, donde el 28% de la población adulta tiene una cuenta de ahorro, el 11% cuenta con créditos, el 13% posee seguros, el 18% ahorra para una pensión y el 14% utiliza dinero electrónico. Además, el 64% de los adultos dispone de una tarjeta de débito asociada a una cuenta de depósito, durante los últimos cinco años, la región ha visto un crecimiento significativo en el uso de servicios financieros digitales, con un aumento notable en la cantidad de adultos que poseen cuentas de dinero móvil, pasando del 4% al 8% entre 2017 y 2021. Este avance es crucial en una región donde las remesas internacionales son un pilar económico, y donde la eficiencia y seguridad de estas transacciones pueden tener un impacto directo en la vida de las familias.
Sin embargo, el camino hacia la inclusión financiera no está exento de desafíos. A pesar del progreso, América Latina enfrenta obstáculos para cerrar la brecha con otras partes del mundo en términos de adopción de herramientas financieras digitales y políticas que influyan positivamente en la inclusión financiera. Estos desafíos incluyen el desarrollo de una estrategia nacional de inclusión financiera, educación financiera, fomento de la competencia y mejora de la tasa de recuperación de préstamos en caso de impago.
El Salvador se destaca en la región por sus iniciativas para superar estos desafíos. El país ha lanzado una Política Nacional de Inclusión Financiera, aprobada por el presidente Nayib Bukele, que busca expandir la oferta y eficiencia de costos de productos y servicios financieros, promover un ecosistema digital y mejoras regulatorias para la protección del consumidor. Con solo el 30% de los adultos con acceso a una cuenta bancaria, la política es un paso audaz hacia la reducción de la brecha de inclusión financiera, especialmente entre las mujeres y las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES).
Este impulso hacia la inclusión financiera no solo es una cuestión de equidad y acceso; es también una estrategia económica sólida. Al permitir que más personas y empresas participen en la economía formal, se pueden movilizar ahorros y hacer que el crédito esté disponible para inversiones y consumo, lo que a su vez puede impulsar el crecimiento económico y reducir la pobreza y la desigualdad.
La digitalización financiera en Centroamérica es un testimonio del poder de la innovación y la colaboración. A medida que se avanza, es esencial que los gobiernos, las instituciones financieras y las comunidades trabajen juntos para garantizar que los beneficios de esta revolución digital sean accesibles para todos, marcando el comienzo de una era de prosperidad compartida en la región.
Referencias: 4: “El Salvador unveils landmark National Financial Inclusion Policy - Alliance for Financial Inclusion” 3: “Can Financial Inclusion Make a Difference in Central America? - IMF” 2: “IDB: use of digital financial services doubles in Central America, Panama and the Dominican Republic - AméricaEconomía” 1: “Projects | IDB Lab”